miércoles, febrero 22, 2006

Mi primer post


Resultó que Ludmilla es un nombre de origen eslavo. Quiere decir “amada por el pueblo”. Eso me gustó, alimentar un poco el divismo que todos llevamos dentro.
Me trajo a la memoria un libro que leí hace ya varios años, Si una noche de invierno un viajero, de Ítalo Calvino. Es una obra para frecuentar en varias oportunidades, al menos para repasar fragmentos. Precioso el libro, tapa sobria, bonita ilustración en la portada, editado por Siruela. Me lo robaron vilmente. Se lo presté a una profesora que no me devolvió nunca hasta ahora, alegando que no lo tiene. Casi allano su biblioteca, como en los peores tiempos de la dictadura, pero no me atreví. Un amigo me apoyó en esta cruzada y dijo en voz alta que él también quería leer la novela, para ver si con esto se movían las cosas y se producía la anhelada entrega. No funcionó.
Bueno, revenons à nos moutons! Resulta otra vez que tengo una imagen muy positiva de la Ludmilla que aparece en la novela de Calvino. Estuve repasando, à vol d’oiseau algunos apuntes que hay por ahí sobre Si una noche… Ludmilla es seductora, es un objeto de deseo al que “ha sido necesario atribuirle un nombre”. A ella aspiran varios libros. La mujer lectora ideal puede sentirse identificada con ella, como se ha dicho por ahí. Los enfoques cambian, ya no es el hypocrite lecteur de Baudelaire ni el lector hembra de Cortázar. La del nombre eslavo goza de la lectura y hay libros que relee y otros que no. Es una lectora activa porque ”decide lo que el Lector ficticio y nosotros vamos a leer”.
Hasta aquí Ludmilla, Ludmillas. 1789, el año de la Revolución Francesa y del famoso Liberté - Égalité - Fraternité. Mi amiga Hera tiene un cuadro bordado a mano por su bisabuela. Bordó un escudo, dos letras RF (République Française) y esas tres palabras mágicas en francés. Creo en ellas en su sentido más puro, ingenuo casi; un poco en ese estado de ánimo en el que uno puede imaginar a John Lennon cuando escribió la letra de Imagine.

P.D. Le agradezco a Ceryle, a esta altura bloguera de experiencia, sus encouragements, su entusiasmo para impulsarme a hacerme clavadista en el ciberespacio, tocar el agua y abrir mi propio blog.

4 Comments:

At 3/08/2006 8:12 p. m., Blogger Ceryle said...

¡Hola Ludmi!
Arreglaste lo de los comentarios, ahora tu blog sabe que yo soy yo.

Para mí las personas se dividen. Una de las categorías más trágicas e irreconciliables es: las que devuelven los libros, las que no los devuelven. Soy capaz de romper una amistad con alguien que no devuelve un libro. Porque es alguien que no entiende nada de la vida. No es lo mismo "otro" libro, es ese, el mío el que quiero, el que leí por la primera vez.
Ay mirá, hablo y ya me caliento. Yo perdí muchos, porque no puedo dejar de prestarlos. Me robaron "mi Rayuela" por ejemplo.

Bienvenida a la blogósfera. Voy a esperar un poquito, digamos un segundo post, luego te lanzo la campaña publicitaria.

 
At 3/10/2006 8:49 p. m., Anonymous Anónimo said...

Amada mía, amada por un pueblo. Te felicito por este renacer, era hora de que despertaras y lo hicieras por vos, estamos con vos y ya somos tres.... te amamos

 
At 3/14/2006 4:38 p. m., Anonymous Anónimo said...

Bienvenida al "ciberespacio". No te asombre encontrar en este lugar virtual el puerto para tus naves de poesía, las que no encuentran cómo anclar en el mundo cotidiano. Sí, sufren las almas sensibles al chocar contra las olas de la rutina, pero se inventan - imbatibles, incansables en su afán como los revolucionarios de otrora - nuevas formas de satisfacer su necesidad de trascendencia, su hambre por lo divino, que en definitiva no es más que el material mismo de lo que están hechas.

 
At 3/23/2006 12:14 a. m., Blogger Yamandú Cuevas said...

Saben?, creo que me habita el espíritu redentor de los que han prestado libros y no se los han devuelto. Primero, tengo la manía de ir a las ferias a buscar algo, me encanta eso. Es la natural prolongación de "la búsqueda del tesoro" o "Viaje al fondo del mar".
Entre las cosas que compro ocupan un lugar importante los libros.
Dentro de los libros que compro, hay algunos que más que comprarlos los rescato, son aquellos que además de interesarme tienen escrito el nombre (muchas veces el año) de el/la dueño/a. Tengo la fantasía (nunca antes confesada) de que conoceré algún dia a estas personas y podré devolverles su libro perdido.

Ceryle, agregá una categoría: los que intentan devolver libros que no pidieron, ni robaron pero no conocen a los dueños.

¿Quien dijo que todo está perdido?

 

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