La lluvia cayó; silencio y música
Se nos fue Eduardo Darnauchans, el Darno, esta madrugada húmeda que dice ser 7 de marzo.
Me enteré medio tarde de la noticia, enfrascada como estaba en otros asuntos. Tenía que llover, que caer alguna gota en este día, eso era seguro.
Le falló el corazón a los 53 años, ya estaba muy mal por varios motivos. En febrero se fue Patricia, su esposa. Una flecha que se clavó en el ala del ángel azul. El ángel azul: su último disco, el primero original en estudio en quince años.
Me duele. No sé bien qué, no sé bien dónde, pero me duele. Es imposible estar preparada para el final, para un final propio o de alguien que nos importa. Tampoco estamos del todo preparados para los comienzos.
Creo que ya sé qué me duele. Me duelen distintos dolores. Uno grande en este momento es la mordaza que le pusieron al Darno durante la dictadura militar uruguaya, sin dejarlo cantar en público por más de diez años. Justamente hoy leía un comentario de Jean Grenier sobre Albert Camus. Dice que el lenguaje fue para Camus una conquista: un tío casi mudo, una madre que no hablaba, una abuela que decía sólo lo necesario... Que Albert Camus quiso hablar por ellos, dice Grenier. Que la lectura y los estudios fueron para él una revolución. Que tuvo por el lenguaje el respeto y el amor debidos a lo sagrado. Al Darno, cultor refinado del lenguaje poético, lo callaron (no fue el único) y volvió a cantar después lo que tuvo para decir y acaso lo que había tenido que callarse. De alguna forma me parece que –como Camus- habló por otros, por nosotros. Fuimos muchos los que estuvimos callados. Él se metió en los temas que nos interesan con sensibilidad genuina.
Me gustó esta foto suya que encontré en Google. Por lo que decía la leyenda se la tomaron en el bar Outes. Me acuerdo que yo trabajaba cerca de allí y veía al Outes fuera de órbita, de día no pegaba. Ya a la salida del trabajo era distinto. Toda una ironía: en la foto es el Darno el que pide silencio. Se ha ganado sobradamente el derecho de que hoy muchos de nosotros nos tomemos un minuto para no hablar, para no encender la hornalla de la cocina, para no imprimir un informe, para no someternos al chillido del fax ni a los tres pitidos del microondas. Un minuto para no hacer otra cosa que pensar en sus canciones. Estoy segura de que se van seguir escuchando por ahí, de que las vamos a seguir escuchando, aun en cassette si fuera necesario. Se me hace un nudo al acordarme de todo esto, ese nudo me lleva a El nudo desatado, una de sus canciones. Y sigo. Desatar este nudo, siguiendo tu línea, Darno, sería recordar, como vos mismo decís "recuérdame... mi mejor vez".
P.D. En noviembre del año pasado escribí un post que titulé Vimos al ángel azul. Puede leerse más abajo. Agradezco los comentarios recibidos en el momento en que lo redacté y los que llegaron en días más recientes.
* * *
Eduardo Darnauchans (1954 – 2007)
Etiquetas: música uruguaya
13 Comments:
es muy así. una gran pena.
Urbano Pez me lo contó....me dolió. El Bardo se nos fue, queda en nuestros oídos cabeza y corazones partes de sus letras y su música.
Es una lástima pero quizás ahora se vendan más discos de él.
Se mencione seguidamente su nombre.
Es una lástima que ese reconocimiento sea cuando alguien ya no está.
¿Será que el ser humano está preparado para valorar lo que perdió y no lo que tiene?
Personalmente seguí mucho su música después de la dictadura, me encantaba "conocerse claro está que necesita su tiempo..." cada vez que lo escuchaba dejaba todo......
Agradezco a mi sirena que me invitó a ver su último recital, dudé al principio pero al verlo cantar, saltar y bailar con sus bastones, me dije qué suerte que estoy viendo esto.
Como se dice en el carnaval "la retirada"......
Cuando terminó me dolían las manos de aplaudirlo, salí y le regalé a mi sirena el cd de ese recital "El Angel Azul ".
Fue el último homenaje que le pude hacer en vida al Darno......pero no el último desde ahora que él no está, que yo le puedo hacer....
Gracias Urbano Pez por ayudarnos a recordarlo por siempre..................
""""" VIVA EL BARDO """"""
Escorpión
hola Ludmilla, aquí es un día sereno de primavera y me acabo de enterar de la muerte del Darno, leyendo La Nación, el diario argentino por Internet. Es triste porque era joven aunque había vivido mucho. Hace varios años que no vivo en el paisito pero casi cada sábado en la mañana, mientras preparo el mate, mi ritual es poner sus discos. Ojo, sus discos grandes no CDs. Tengo varios. Me los traje como mi especial tesoro. En uno de ellos hay una foto que le tomé yo, Le tomé varias, a él le gustó esa. Hablé con él sólo una vez una tarde de lluvia en un café del centro. Lo seguí siempre. No me sorprende su muerte, esa Señora Otra lo buscaba simpre... se lo llevó ahora, pero sin saber que en realidad no se lo podrá llevar nunca del todo, porque él se quedó en los discos y se quedó en nosotros. Un saludo desde el norte y gracias por compartir tu blog.
Y uno se entera por esos rebotes de la vida.
Cuando estaba en el liceo, cantábamos en el coro las Décimas de la Paloma.
Recuerdo que en una presentación en particular apareció el Darno y se sentó en primera fila a vernos. Al terminar se levantó emocionado de su butaca a aplaudir, y a nosotros se nos hinchó el corazón. Así lo descubrí, y así permanecerá en mi memoria.
Buen viaje!
y yo me acuerdo que era con dentista a los 12 y la bala está girándole, josé asunción todavía, para no errar el corazón,
hablar y de él y con ningún amigo y justamente hacer amigos por hablar de él, en torno y extramuros, detrás del río y de rivera más arriba: como una nueva forma de la soledad
dos veces(y una mujer)
porque yo no supe, a una silla de distancia entonces, después, antes, que la noche en que me invitara a tomar tomarnos un whisky, muchos años atrás, después, allá en el mincho, un poderoso ataque de lucidez me taparía la boca
porque es penoso y hasta es mentira: entre sartre y camus, justamente, jamás del lado de los amanuenses, dije, y él se levantó y marchó con ella,
dos veces (josé asunción)
porque hasta hoy voy a jurar que lo ofendí y no fueron las ganas de mear, la borrachera
dos veces
la borrachera
todo irremediable porque ahora la lluvia, sí, muchas cosas que terminan de morirse anteayer, ayer y hoy,
que ya se habían muerto y uno no lo recordaba
el pasado, el porvenir permanentes, los amigos, alguna tristeza, febrero en pound y una catástrofe, una mujer muy querida
ya sola sin el famoso impermeable azul
(quién sabe)
y cómo llueve.
Me entero por vos.
Supongo que ir envejeciendo es esta cosa de que se nos vayan muriendo los compañeros de la vida. Irse quedando solo.
La emoción en los comentarios de ustedes me llega muy hondo, de verdad.
Viva el Bardo Darno, claro que sí.
Andrés, yo estuve este fin de semana en Buenos Aires. Me encanta la idea de pensar en alguien que en un rincón cercano del planeta se sienta un sábado a escuchar al Darno en disco de vinilo. Si te da, si la tenés a mano, mandame esa foto por mail, me gustaría verla.
Dharma, qué linda anécdota. Es eso, sí, quedarse con un recuerdo fuerte de él, "mi mejor vez..."
Karamazov, pintaste a lo Pollock con las palabras, me gusta el estilo.
Ceryle, pensé que sabías, que estabas enterada. Creo que sí, que envejecer tiene algo de eso que decís. Pero te tengo un comentario positivo al respecto. Mi bisabuelo materno era un tipo genial. Tuve la suerte de tratarlo unos cuantos años. Vivió bastante más de 80. Lo feo era que se le iban muriendo amigos. Era un tipo carismático y sociable así que se fue haciendo de nuevos compañeros de ruta; parece que siempre tuvo quien lo entendiera y nunca estuvo solo.
Buena idea Ludmilla. Voy a escanear esa foto que le tomé al Darno y te la mando.
En otro orden ahora me estaba acordando que Ludmilla era el nombe de la mamá rusa de un amigo que vivía en Malvín. Una viejita adorable, alta, delgada, fina en sus modales y siempre con una sonrisa en sus labios. Había sufrido las mil y una pero nada le borraba esa sonrisa y la dulzura en el trato. Cuando estabas con ella te sentías la persona más importante del mundo. Siempre te ofrecía algo, un café, un pedazo de torta o pan casero. Un amor. Se murió hace unos años.
Ayer supe también de la muerte de Espalter, estaba sumando desde que salí de Uruguay...Horacio Buscaglia, Raúl Forlán Lamarque, el Darno, Espalter... qué racha! Pero como te dije antes, cuando muere un artista o un escritor en realidad no muere del todo.
Has escrito un hermoso texto de despedida, para un amigo que se fue. Abrazos.
Andrés
Creo que puedo imaginar a la Ludmilla que describís. Es un nombre eslavo. Cuando decidí tener un blog elegí ese nombre porque me gustaba y además porque es un personaje fascinante de 'Si una noche de invierno un viajero' de Italo Calvino.
Nelly Goitiño, otra artista uruguaya que se nos fue en estos días. Tuve la suerte de tratarla, fuimos compañeras en un taller. Una persona encantadora. Y es curioso, lograba hacerte sentir una proximidad profunda manteniendo una cierta distancia.
Una flor para todos ellos.
Fgiucich
Gracias.
Un amigo, sí.
señorita
no creo que el angel azul sea el primer disco en estudio de ese señór
hay otros antes con seguridad
me parece
opino
perdón por el atrevimiento
pero es imposible sacar tantos discos
y que sólo uno sea en estudio
menos en el país de donde era el señor
gracias por escucharme, señorita, gracias
Tiene razón Miko Zappa, señor.
Ya lo corregí.
Se ve que en el Copiar y Pegar hice lío.
Todo surgió de un título un tanto confuso que sacó El Observador:
http://www.observa.com.uy/
Osecciones/vida/nota.aspx?id=71500
Gracias por la precisión =)
now shall i make my soul,
compelling it to study
in a learned school
till the wreck of body,
slow decay of blood,
testy delirium
or dull decrepitude,
or what worse evil come -
the death of friends, or death
of every brilliant eye
that made a catch in the breath -
seem but the clouds of the sky
when the horizon fades:
or a birds sleepy cry
among the deepening shades.
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