viernes, abril 14, 2006

La Bella Bestia


Las pequeñas vacaciones que le debemos a la semana de Turismo, Santa o como quiera llamársele, nos han deparado ciertos beneficios. Uno de ellos es la puesta al día con el cine en casa. Otro es el pasar más tiempo con nuestros hijos. Los dos beneficios combinados dan como resultado algo bien concreto: vemos más películas infantiles.
Hasta este año no había tenido ocasión de ver la animación titulada La Bella y Bestia. Eso fue hace un par de meses, me conmovió hasta las lágrimas, y no exagero. Acabo de terminar de ver un material incluido en el DVD. Los responsables principales del film van narrando su experiencia y los desafíos, logros y fracasos de cada escena mientras en imágenes vamos viendo The Beauty and the Beast con el audio original en segundo plano.
En esta versión, Belle, la protagonista femenina (Bella en su versión en castellano) es una chica que vive en un pueblo francés, hija de un inventor medio loco. No se siente del todo adaptada en su medio, una de sus grandes pasiones son los libros, pero esa adicción por la lectura no parece tener eco en el entorno inmediato. C’est moi! Eso dije yo, me da la impresión de que somos unas cuantas las inadaptadas, o semi-inadaptadas que no logramos insertarnos con comodidad en esta zona del planeta a comienzos del XXI.
La Bestia, evidentemente el protagonista masculino, es un mix de lobo, oso y no sé qué más. Tiene cuernos, colmillos, pezuñas, mal carácter y pésimos modales en la mesa. Como se sabe, es un príncipe que ha sido encantado. Para romper el hechizo y volver a ser humano debe lograr que una joven se enamore de él a pesar de su aspecto y él de ella. Hay otro obstáculo: tiene tiempo de conseguir esto hasta que una rosa mágica que le ha sido confiada pierda su último pétalo.
Encantador. Lo digo en todo sentido.
El tercer personaje en discordia es la versión en negativo de la Bestia: Gastón, un tipo musculoso y “sonreidor” por el que se babean las chicas del pueblo. Todas menos Bella. Atrae a primera vista pero sólo por escasos segundos. Un fiasco.
La escena en que los habitantes del castillo de la Bestia -convertidos en objetos por ser víctimas ellos también del hechizo- montan su número para recibir a Bella es impresionante. Realmente un musical de Broadway de primera clase. Con razón la película ganó tantos premios y obtuvo tantas nominaciones. Tiene momentos increíbles. Los vitrales que aparecen al principio y al final, marcando diferencias de tiempo. La masculinidad y valentía de la Bestia arriesgando su vida por defender a su amada de las fauces de unos lobos hambrientos. La concesión que hace este ser peludo cuando le dice a Bella que puede irse nomás de su castillo, que no va a retenerla allí contra su voluntad, arriesgándose así a estar condenado a seguir siendo un monstruo “por toda la eternidad”. La ofrenda para esta joven no son joyas ni vestidos de lujo. Le regala una biblioteca despampanante; si mal no recuerdo hasta una escalerita tiene. Acicalada, luciendo lo mejor posible en su aspecto bestieril, el señor de las garras baila con Bella en una secuencia romántica como pocas. Y son dibujos animados... (Bien dijo Joaquín Sabina que bailar es soñar con los pies.)
La transformación de la Bestia en príncipe me sonó en algo a cuadro renacentista. Comprobé que así es, en efecto, estuvieron repasando pinturas de artistas como Miguel Ángel para inspirarse y recrear esa metamorfosis. Pero como explican los realizadores, cualquiera fuera el príncipe que apareciera en ese momento siempre habría un componente de desilusión. Porque nos enamoramos perdidamente de la Bestia. De esa Bestia. En el fondo no querés que vuelva a ser príncipe, cuando se supone que toda la película es la lucha porque eso pase. Me parece que hay algo de egoísmo en ese sentimiento. Y de no querer despertarse. Es una sensación curiosa como de querer prolongar el instante. Encantadora.

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10 Comments:

At 4/17/2006 6:18 a. m., Anonymous Anónimo said...

En las versiones que conozco no había ningún príncipe detrás de la bestia. Lo cual hace toda la historia mucho más dramática y a la bella más antipática. Pero nunca leí a Charles Perrault, el autor, creo. ¿Sabés como es la historia original?

 
At 4/17/2006 11:20 p. m., Blogger Yamandú Cuevas said...

Hace muchos muchos años, trabajando en la animación de un comercial televisivo para Zolbinet, tuve que dibujar apenas tres segundos y medio del baile entre la Bella Durmiente y el Príncipe. Fue suficiente para desear haber sido sepulturero, limpiador de inodoros en clubes de bochas, catador de lombrices o cualquier otra cosa que no fuera animador. Dibujé, borré, rompí, tiré, volví a dibujar, a borrar, a romper y así sucesivamente hasta la casi locura. Tres segundos y medio en animación equivalen como mucho a unos 87 dibujos. Cuantitativamente no parece tanto trabajo. Pero animar un vals (éste además estaba visto desde una balconada, lo que vale decir de tres cuartos arriba) es otra cosa. Lograr que una pollera se mueva como tal y que los movimientos de los pies de los bailarines sean verosímiles es una tarea de paciencia infinita que no tiene qué envidiarle a los talladores de las piedras en las paredes de la Alambra. Con mi mejor esfuerzo y luego de un martirio de casi quince días logré una escena digna que en el montón, funcionó. Esa escena, comparada con el baile que cuenta Ludmilla es como la marcha a mi bandera interpretada por la orquesta del cuerpo de bomberos, contra “El coro de los esclavos hebreos” en Nabuco, de Verdi, por el Ambrosian Opera Chorus.
Yo también vi La Bella y La Bestia y la disfruté inmensamente.
Justo en la escena del baile sentí que una silueta gigantesca rozaba mi cuerpo al avanzar por el pasillo del cine. Era una pulga.

 
At 4/17/2006 11:24 p. m., Blogger Yamandú Cuevas said...

Errata: En el comentario anterior donde se lee: Alambra, debe leerse: Alhambra.

Y.C.

 
At 4/18/2006 4:11 a. m., Blogger fgiucich said...

Gracias por visitar mi casa y dejar tus comentarios. Volveré. Saludos.

 
At 4/18/2006 9:02 p. m., Anonymous Anónimo said...

¿Pero Yama si ahora hacen todo una computadoras maravillosas? Yo creo que ni usan el lápiz. Además Walt Disney tiene un ejército de esclavos trabajando. Está bien enternecerse con la historia, pero no con la empresa Walt Disney.

¿Pero cómo era la historia original?

 
At 4/19/2006 4:29 p. m., Blogger Ludmilla 1789 said...

¡Jua! Yama, me hiciste reír... Tu padecimiento con la animación debe haber sido atroz, te creo. Si hubiera tenido que hacer yo algo así también me hubiera costado un montón llegar a un resultado que yo hubiera considerado mínimamente digno, soy una rompe.

Me enteré en uno de los Extras que estuvieron 6 años para hacer La Bella Durmiente.

Los estudios Disney se toman mucha libertad con la narración. Hacen su versión de los hechos, que a veces tiene poco que ver con la historia original. Que a veces se diluye con el paso de tantos años: de Cenicienta, por ejemplo, hay no sé cuántos miles de versiones.

Aclaro que mi devoción no es con la empresa Disney, no estoy ni ahí con eso. Pero no es todo exclusivamente computadora, en ese ejército hay también artistas que diseñan cosas. Después las computarizan.

Me acuerdo de una serie trucha que pasaban por televisión hace tiempo. La Bestia se llamaba Vincent y la Bella (si no me equivoco) era Linda Hamilton.

Ceryle, yo leí la historia original hace muchos años, no me acuerdo bien cómo era. Estaba en la biblioteca de la escuela, creo que hasta había una versión en formato cómic con dibujos clásicos. Pero ya me la dejaste picando, la voy a conseguir y la voy difundir entre mis co-blogueros, lo prometo.

 
At 4/19/2006 6:24 p. m., Blogger Ceryle said...

Sí, dale...dale.

Justo el otro día escuchaba en un programa de radio infantil (una de las tantas pasiones que conservo de la niñez) que las fábulas originales eran tremendamente crueles. Por ejemplo Cenicienta le arranca los ojos a las hermanastras y se los guarda como trofeo de victoria. Tiernita la nena.

Un escritor después contó su nuevo libro de cuentos. Da vuelta todas las historias clásicas porque dice que nada puede terminar con la frase "vivieron felices y contentos", ya que la vida es móvil, dinámica.

 
At 5/05/2006 4:22 p. m., Anonymous Anónimo said...

Ah, naif... van a decirme, pero lloré. Cuando la Bestia enfrenta los lobos para defenderla lloré. Claro, después una no quiere que se convierta en hombre... ¿qué hombre haría eso? ¿Es una depravación de mi parte?
Yama: la analogía entre tu animación y la marcha "Mi Bandera" interpretada por el cuerpo de bomberos en contraposición a la escena del baile comparada al famoso "Va pensiero" (que me perdone Verdi) me tuvo riendo media hora. Brillante.
Ceryle, los dibujan. Antes de computarizarlos, los dibujan. Y me encantó saber que la Cenicienta les arrancó los globos oculares a las hermanastras.

 
At 5/18/2006 5:37 p. m., Anonymous Anónimo said...

Very pretty design! Keep up the good work. Thanks.
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At 5/18/2006 7:53 p. m., Anonymous Anónimo said...

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