lunes, julio 24, 2006

Unas cuantas hojas


"Extranjero, si al pasar me encuentras y deseas hablarme
¿por qué no lo harías?
¿Y por qué no habría yo de hablarte?"

Walt Whitman



Esa tarde me llevé una antología de bolsillo de Hojas de hierba.
El jueves 20 era la fecha que habían fijado para la entrega de resultados de un examen que dimos en facultad.
Yo no me sentía del todo bien, estaba un poco under the weather, nerviosa y con algo de desánimo.
Instintivamente, sin meditarlo, elegí a Walt Whitman como compañía para pasar el trance estudiantil, materializado el poeta en un libro gastado con unas cuantas marcas de papeles que en algún momento habían sido blancos.
Para mi sorpresa, cuando llegué al edificio me enteré que había una instancia de conversación individual con la profesora.
Fui la segunda persona en pasar.
El apoyo moral del libro dio sus frutos, me fue bien en el examen.

Ese mismo jueves resultó ser el "día del amigo". Yo nunca me acuerdo cuándo es el "día del amigo". Por suerte algunos amigos y amigas sí se acuerdan y eso me da la oportunidad de retribuirles el saludo y a su vez de saludar a otros. La celebración me tomó por sorpresa, más que otros años.

Era de noche cuando salí de facultad. Lo irónico del caso es que las sombras avanzaban y curiosamente mi estado de ánimo se blanqueaba, mejoraba.
Me torturé un poco con la prueba escrita (podía haberme ido mejor) aunque pensándolo bien, dadas las circunstancias, el balance era positivo.

Algunos amigos me llamaron por teléfono, hubo mensajes de texto en los teléfonos celulares, mensajes por correo electrónico y con unos poquísimos tuvimos la oportunidad de saludarnos personalmente.

Revisé las hojas de las Hojas de hierba. Me conmueve esa cosa fraternal que tiene Walt Whitman. Me acuerdo de estar leyéndolo con mi amiga S., en otra etapa de mi vida de estudiante. La edición que tenía ella era preciosa, un libro enorme con una frondosa ilustración en la portada.
Me gusta esa libertad que se respira leyendo esas páginas, la fruición en la palabra limpia, en el comentario directo.
Whitman publicó esta obra por su cuenta en 1855 y fue catalogada como escandalosa. Desde entonces siguió corrigiendo, aumentando y transformando ese discurso. Todo un acto de fe.
Repasé los pasajes señalados a lápiz y descubrí otros en los que no recordaba haber reparado antes.

Era noche cerrada cuando llegué a casa. A contrapelo, a mí ciertas ideas se me estaban aclarando.

"Los boteros y almejeros se despertaron temprano y me esperaron.
Metí mis pantalones dentro de las botas, fui con ellos y lo pasé muy bien.
Tendrías que haber estado con nosotros aquel día en torno a la caldera
con almejas y pescado."

Este hombre se complace en ese "panteísmo místico". Había logrado contagiarme esa simpatía desbordante que siente por los seres que comparten con él este planeta. La fraternidad, las alusiones a los poetas del porvenir, como dice, todos los átomos de su sangre. El amigo es el hermano.

El pasaje que habla de los boteros y almejeros me encanta. Me resulta muy elocuente. Puede aludir a una amistad en su etapa fundacional. No queda claro si compartieron un almuerzo, quizás haya sido sólo el mirar juntos lo que se recogió del mar, lo que el mar entregó. Y si uno tiene la dicha de poder decir "lo pasé muy bien" es lógico que piense en lo bueno que hubiera sido pasar ese momento con alguien querido.

Trabajó como periodista Whitman, incluso dirigió algunas publicaciones como el Daily Eagle de Brooklyn. Fue reconfortante saber que este buen señor, además de cantarle a los ríos, campos y ciudades, no se quedó en su casa mirándose la barba. De alguna forma puso en práctica lo que algunos veían como un espíritu generoso y solidario: al estallar la guerra de Secesión se desempeñó como enfermero en los hospitales de Washington.


"¿Alguien deseaba ver el alma?
Mira tu propia constitución, tu aspecto, las personas, las sustancias,
las bestias, los árboles, los fluyentes ríos, las rocas y la arena."

Giorgio Agamben habla de la amistad como una comunidad. La sensación de existir es deseable, así también será entonces para el amigo. Agrega que la sensación de existir es en sí misma dulce. Compartir sensaciones tiene que ver con la dulzura de existir. Con el amigo se tienen en común acciones y pensamientos. De alguna manera el amigo un otro sí, un alter ego.




Stranger, if you passing meet me and desire to speak to me, why should you not speak to me?
And why should I not speak to you?


The boatmen and clam-diggers arose early and stopt for me,
I tuck’d my trowser-ends in my boots and went and had a good time;
You should have been with us that day round the chowder-kettle.


Was somebody asking to see the soul?
See, your own shape and countenance, persons, substances, beasts, the trees,
the running rivers, the rocks and sands.


Giorgio Agamben - lanacion.com.ar/741397
Imagen: Claude Monet

6 Comments:

At 7/25/2006 6:47 a. m., Anonymous Anónimo said...

Felicitaciones doña por el examen.

 
At 7/25/2006 4:33 p. m., Blogger basilia said...

bien ese poroto +
a whitman lo ojeo cada dos años; lo increíble es que cada dos años me dice cosas distintas. cada vez todo tiene mas sentido, todo está más unificado, todo es más disfrutable.

 
At 7/25/2006 6:16 p. m., Blogger Yamandú Cuevas said...

Cuando todavía resuenan las voces terribles del naufragio, en medio de la oscuridad mas infinita, helada y aterradora, flotan como salvavidas los amigos ilusoriamente al alcance de mi mano. Yo no sé nadar, pero tanto quiero salvarme que me estiro, me estiro, me estiro...

 
At 7/26/2006 8:12 a. m., Blogger Ludmilla 1789 said...

Qué lindos comentarios...

Gracias también por lo del examen.

Es cierto Basilia, Walt siempre tiene algo para decir.

Estuve a punto de no subir este post pero era tal la necesidad que tuve de escribirlo que se merecía sus 15 minutos de fama.

 
At 8/03/2006 12:46 a. m., Blogger Willy S. said...

maravilloso post

 
At 8/06/2006 3:47 p. m., Blogger Ludmilla 1789 said...

Gracias Willy. Me alegra que hayas vuelto.

 

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